Una primavera desinflama en colores
un otoño con peinado febril
Nos guardamos
y es el silencio quien penetra
en rincones telarañados del mundo
Confinados
con el otro en la distancia
sin rímel en la rutina
Embalsamados
Embalsamados
con noches barbudas
ebrios de mandatos extraños
Estaremos
cuando una voz se deslice a ras de la siguiente
cuando tu oído brille como un corno de tanta música
o tu mano
sea palma abierta que sujeta entre dos
cuando solo ocurra
el ser
tendremos
el Permiso de Salir.
el Permiso de Salir.
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